Bienvenido, Septiembre
Volver a la rutina siempre es un placer si amas lo que haces. Yo solo tengo ganas de seguir aportando desde lo mejor que sé hacer que es ayudar a conectar con el corazón y con el alma, desde mi amor por el arte y la espiritualidad.
Me he aferrado con uñas y dientes a lo que me nace de corazón hacer porque en el fondo quiero que todo el mundo sienta, aunque sea por unas horas, lo que vivo a diario.

Sé lo difícil que es mantener un estado de equilibrio interior en una sociedad como la nuestra. Y sé lo complicado que es arrebatarle a nuestro lado más racional unos minutos de paz al día.
Comprendo lo fácil que es dejarse llevar por la corriente de una monotonía que te arrastra y no te permite salir de la zona de confort. Soy consciente de ello pero también soy consciente de que es posible, aunque poco a poco, tener un estado de paz interior moderado.
Seguir al corazón es un camino hermoso.
Cada experiencia de vida se añade a la anterior. Cada paso tiene un sentido profundo. Cada vivencia es una nueva fuente de conocimiento. Cada puerta abierta es un mundo por descubrir y cada puerta cerrada un momento sagrado de agradecimiento y aprendizaje.
Cuando nos desapegamos de los resultados permitimos que la vida empuje como mejor sabe.
Hay una sabiduría que va más allá de nuestra pequeña mente. Hay una mente superior que te conoce mejor que tú mismo. Eso no quiere decir que no seamos inteligentes, o sabios. Solo quiere decir que seguimos siendo alumnos de la vida. Apartarse y rendirse a esa fuente de sabiduría es algo complejo en un mundo donde se nos enseña a usar demasiado la razón, la lógica, pero encontrar el equilibrio entre mente y corazón sería la llave que nos ayudaría a vivir con menos fricción.
Feliz regreso al camino de la luz.
